miércoles, 5 de septiembre de 2007

MURIO HOY UN GRAN LUCHADOR

Othón Rosales fue tu nombre.

Libraste todas las batallas contra este terrible mal de nuestro siglo, el Cáncer.
Diez años y algo más lo sorteaste, lo toreaste tal cual matador, con paso seguro y decidido de cada movimiento. Hoy te tocó el toro Othón, tal cual su naturaleza, de bestia, fuerte, raso, sin contemplaciones. No hubo más arena de la que recorriste con éxito todo este tiempo, llegaste a la barrera y él frente a ti, cerrando tu camino, evitándote otro escape.
Aún ahí luchaste hasta el final, con la misma valentía de siempre, con el mismo coraje, robándole tus últimos alientos.
Tu lucha fue honesta, tal cual tu vida, de hombre de la antigua usanza. De los que cada vez caminan menos entre nosotros. Vida de ideas firmes, bien cimentadas, claras, de criterios arraigados. La tuviste con una compañera, la llevaste con una hija, la llenaste de múltiples éxitos.
La supiste disfrutar, nunca te espanto la condición.
Hay muchos ejemplos que tomar de ti Othón, los recuerdos que dejas en quienes te conocieron, en quienes supimos de ti, en quienes leímos tus líneas, tus textos. En quienes te amaron. En tu esposa, en tu hija. Son todos, sin duda alguna, de gran admiración.

Se te extrañara.

Y yo, me quedare con las ganas de estrechar tu mano. De discutir contigo que Sampras no fue el mejor jugador de tenis, de darte la razón en que Federer lo es, a pesar de su falta de carisma. Me quedaré con las ganas de caminar contigo hacia la cancha central de Flushing Meadows , de esa misma que visitaste hace apenas dos años.
Me falto escucharte decir, el porque Zacatecas es el ombligo del mundo.
Descansa en Paz Othón Rosales.
El humo de mi pipa, hoy es en tu honor.