lunes, 11 de junio de 2007

Ya te pusiste bien “persa”…

La alusión a esa frase que en ocasiones se utiliza para denotar a alguien que bajo la influencia de bebidas alcohólicas, inicia una serie de comportamientos propios de los efectos causados por su desmedida ingesta. Los Persas hicieron fama, a través de Hérodoto, de su especial adoración hacia el vino, tenían como costumbre diaria beber grandes cantidades de este fermento.



La recepción de honor se encuentra a cargo de la réplica de una de las monumentales estatuas elaboradas en honor a Darío I, que tiene como una de sus más impresionantes características, la descripción de todo el poderío territorial que poseían los persas hacia unos 500 años antes del nacimiento de cristo.
Por tiempo ya limitado, hasta el 24 de Junio, se mantendrá la exposición dentro del Museo Nacional de Antropología sobre la historia, costumbres y vida de lo que ahora conocemos como Irán, aunque en su época de mayor esplendor la extensión de este imperio cubría todo el oriente medio y hasta Egipto.

Vale la pena la visita porque la historia no ha sido precisamente justa con Persia, sobre todo porque esta se ha hecho mayormente para el occidente. Se sabe muy bien –por ejemplo- que fueron justamente los persas quienes salieron vencidos de las batallas de las Termopilas en defensa de Grecia. Pero se habla poco de gran poderío y avance tecnológico, muy superior al de los griegos, que ya soportaba esta sociedad. Persia tiene una historia mucho más vasta que contar, que haber sido una de las grandes conquistas de Alejandro Magno, quien –de paso- devasto una de las ciudades más impresionantes de la antigüedad y de la cual de conservan muy escasos restos: Persépolis.

Una de las primeras impresiones de este imperio es la antigüedad de sus habitantes, dentro del territorio que lo conformaba se establecieron comunidades que iniciaron la producción de diversos y sorprendentes artículos cotidianos, como las vasijas que se pueden admirar de unos 4500 años antes del nacimiento de Cristo, de especial atención se merece el cuidado del diseño y la manufactura de estos artefactos.

La simple atención a estos detalles pueden detenernos sobre la reflexión de la extrema importancia que le hemos permitido a nuestra modernidad y nuestros sistemas de creencias actuales, sobre el papel de nuestra pequeña actualidad de hace tan sólo dos mil años, por decir mucho. Estos hombres, vivían en un mundo regido por otros dioses, por otras leyes, por una integración social totalmente distante a la nuestra. Hace más de seis mil años.
¿Porque insistir en que las creencias actuales, de las diversas culturas que convergen en nuestro mundo, deben ser las únicas y absolutas? La ancestral religión persa establecía por sobre todo, el derecho y la responsabilidad de ejercer el libre albedrío. Religión, por cierto, fundada por el profeta Zaratustra.

El esplendor de Persia tuvo lugar hace unos 2600 años, cuando en México apenas existían algunos asentamientos en Oaxaca. Durante esta época los artesanos Persas realizaron diversas piezas exquisitas de joyería; collares, pendientes, brazaletes, en los cuales es simplemente admirable el excelso manejo sobre los metales preciosos y las técnicas de repujado, muestra palpable de su avance tecnológico. Cualquiera de los orfebres actuales desearía trabajar con el detalle y la limpieza con la que fueron producidas estas piezas. Se podrá observar continuamente la representación de diversos animales, todos ellos de extrema importancia para la mitología persa.

Doy este pequeño comentario con lo que me ha sorprendido más: la orfebrería, sin embargo no dejo de recomendar ampliamente la visita a la exposición.
Hay mucho más de Persia dentro de los salones del museo, la imponente arquitectura manifiesta en una maqueta del principal palacio de Persépolis; la intervención griega a través de Alejandro y el periodo de reinados, posteriores a su muerte, por los generales macedonios; la influencia helénica dentro de la cultura; una larguísima historia de guerras y conquistas, las diversas religiones que profesaron a lo largo de los siglos hasta llegar al Islam.

Vale la pena repito, realizar la visita.
Vale la pena repito, la reflexión sobre la importancia de estas culturas, que hoy vemos distantes, de territorios que divisamos como muy lejanos. La reflexiòn sobre la gran historia de estos imperios, que rebasò en una època, por mucho, a los mismos Griegos.

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