martes, 24 de abril de 2007

No queremos otra Diana


...la decisión de poner fin al romance fue tratada en una reunión de la familia real celebrada hace diez días en la que la soberana, Elizabeth II, declaró: "No tengas prisas por casarte, no queremos otra Diana".





Hellen Mirren es sin duda una excelente caracterizadora, ha tenido a su cargo el representar de una muy cercana forma a dos de las mujeres más importantes de la realeza británica, una de ellas en su más reciente película “The Queen” en donde encarna a la actual monarca Elizabeth II y en el 2005 en la serie de TV (de donde considero, la actriz en comento es no sólo una experta sino también su “fuerte”) “Elizabeth I” al lado de el gran actor Jeremy Irons.

En los últimos días he visto, más por casualidad que por convicción, tres diferentes trabajos de la Sra. Mirren y en todos me pareció ver lo mismo, sin olvidar aquellos con los que me he topado antes. No podría decir que no merecía el Oscar, pero si estoy seguro que el galardón fue otorgado a razón de una inigualable representación de un personaje de alta popularidad y respeto en su país de origen, y de una alta identificación en el resto del mundo. Para un personaje de tal tamaño, se requería por antonomasia una persona altamente identificable con el público inglés, por la larga trayectoria que esta tiene en la televisión británica.

“The Queen” es una extensión de un documental propio de la BBC o de History Channel, del comportamiento de la familia real britanica ante el tremendo suceso mediatico que represento la muerte de Diana, del comportamiento de una persona, de una familia que se mantiene para representar los otrora exitos, conquistas, batallas, negocios y escándalos de una clase reinante que se ha quedado sin más historias que contar, que se ha quedado al margen de la misma Historia.
Puede interesar especialmente a aquellos asiduos lectores de los chismes de “Hola”, a quienes acercan a pasajes de la vida de los diferentes personajes que ahí convergen, todos ellos “gente importante” sin duda alguna. De estos personajes, que son el producto de venta de cada página de “The Sun” o de “The Daily Mail”, tienen un especial trato la realeza, no sólo la británica, cualquier rey, príncipe, duque, conde, perteneciente a un árbol genealógico de alto abolengo, de cualquier país que lo posea. Tan vasto es el número de lectores de dichas publicaciones como el éxito asegurado de una película cuando esta cuenta una historia más íntima de la vida diaria y “sencilla” de la royalty inglesa.
De ahí el éxito, en principio de cuentas de Hellen Mirren, quien el papel le queda hecho a la medida, acostumbrada a las expresiones secas, duras, a la sonrisa fingida de una anciana educada para ser “reina”. El éxito representado por un Oscar, por semanas de ingresar taquilla, de una Sra. Mirren que tal vez en su Chica de Calendario realice el mejor intento por ablandar su rostro en la pantalla, el mismo rostro duro de hace más de 15 años en “Prime Suspect” a quien por fin vemos retirarse, o bien el de “The Clearing” con Robert Redford y un brillante William Dafoe, caracterizaciones en las cuales la diferencia la hace más una insignia “real” que la comunicación efectiva de emociones.

Las lágrimas ni a Hellen, ni a la reina se le llegan a creer.

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