viernes, 20 de abril de 2007

Rayos "X"

En el blog de Elia Martines Rodarte realize un comentario dentro de "Millonesimo", publicación sobre el ilustre Onesimo Cepeda y su fiesta de cumpleaños. Vale la pena visitarla.

Publico aqui dicho comentario, la contestación de otro lector de Elia y mi respuesta posterior.

… mi ateismo me hace encontrarme a diario con los mismos fieles que tu. Y tratar de establecer una discusión inteligente con ellos -vamos, ya has leído los cometarios- es imposible desde que los hechos se defienden por la creencia y la fe que por la veracidad de los mismos. Y así, no se puede discutir. Ayer veía en TV a un científico Jesuita, sacerdote, astrónomo, que a pesar de sus conocimientos e indudable inteligencia cae en cuenta que tiene que creer en un Dios porque "alguien" debió de haber hecho el maravilloso universo. Porque debe de haber "alguien" que no permita que dentro de millones de millones de siglos este Universo pueda desaparecer. Porque es más sencillo seguir teniendo fe en el "extraterrenal" que en la realidad de nuestro ínfimo conocimiento del Universo y su evolución. Porque el ser humano, creación de "dios" a su semejanza, no puede ser un ser vano, tiene que tener la importancia de un objetivo. No puede, no debe, nacer, existir y morir. El ser humano debe ser "tan importante" que tiene que perdurar.El origen de la fe, prueba del miedo natural del hombre, del inmenso ego. Incluso en este científico-sacerdote-astrónomo.
7:30 AM
José Santiago said...
Interesante el comentario de Antonio. Comento lo siguiente: Durante mi etapa de ateo, cuando estaba en la universidad, yo le argumentaba que a un profesor, aquien respeto mucho, que Dios debía ser una creación del hombre, de nuestra necesidad de sentir que hay un sentido para nuestras vidas, de nuestro miedo a la mortalidad. Él era más agnóstico, ni creía ni dejaba de creer, y me calló la boca con esto "¿Como podemos decir que Dios no existe tan categóricamente? No podemos afirmarlo simplemente porque no lo podemos ver. Recuerda que no podemos ver los rayos equis, pero ahí están; no puedes ver a la persona al otro lado del teléfono pero sabes que ahí está. Entonces ¿No queda abierta la posibilidad de su existencia? ¿El un ciego no te pueda ver es prueba de que no existes?" y yo dije, "no pos sí" La verdad no me esperaba esa respuesta de mi maestro de trigonometría y mecánica de fluidos. Creo que esperaba la comprobación matemática de la imposibilidad de la existencia de Dios.

Estimado José,
Sin el afán de menospreciar a tu profesor de matemáticas creo que hay que establecer las debidas dimensiones entre un profesor y un verdadero hombre de ciencia (aprovecho aquí para invitarte a mi espacio:
http://antoniourive.blogspot.com en donde hago un comentario sobre una frase del Dr. James Watson, premio Nóbel). Y repito esto, sin menospreciar el trabajo de personas a las que no conozco, no se puede discutir un tema sobre la veracidad de cualquier hecho estableciendo teoremas como el que expones y a partir del cual tu mismo, según entiendo tu redacción, has logrado concluir como verdad absoluta la existencia de un Dios. Efectivamente no podemos ver los rayos “X”, pero existe evidencia real de ellos, el Dr. Wilhem Rontgen (premio Nóbel de 1901) descubrió este tipo de radiación en 1895, las radiaciones ionizantes, incluidos los rayos “x” se pueden producir, controlar, medir, sus efectos pueden ser observables, se pueden estudiar, analizar e incluso utilizar, por ejemplo, en diversas ramas como la medicina en tratamientos cancerigenos. Iniciar una discusión con analogías como la de la existencia fehaciente del interlocutor telefónico y del discapacitado que tiene que creer por que no “ve” (estoy seguro que el activismo de Hellen Keller se debió más a seguridad personal de la existencia e importancia de sus oyentes que a la “fe” de si estos existían o no) es establecer argumentos verdaderamente “indiscutibles” sobre la veracidad de Dios. Las pláticas serias e inteligentes corren el riesgo de convertirse en una broma cuando utilizamos argumentos de tan poca validez no digamos científica, lógica o al menos pensante.
Aquí no se trata de convencer que no existe un Dios, es decir, no hay esfuerzo alguno por decirlo “categóricamente”, y no lo hay porque es un hecho que ante la “fe” cualquier argumento verídico se vuelve falaz. Incluso, si en todo caso dicho argumento es aceptado como verdadero y válido, la conclusión se torna hacia el único camino posible a discernir: el entendimiento, comprensión y aceptación de la necesidad de fe de la persona y de la misma raza humana.
Y entonces, aquí se trata de que a lo largo de la existencia humana, el hombre ha intentado, por múltiples motivos, de comprobar la existencia de una deidad. Podría decir, que en general el ateo (y algo comenta Elia también) no intenta establecer un proceso de convencimiento a un creyente, un proceso similar a la evangelización que muchos creyentes intentan aplicar a los que no lo somos. Cito a Sartre finalmente, cuando fue cuestionado sobre el “hundimiento del hombre en la desesperación” al que llevaba el existencialismo: “…El existencialismo no es de este modo un ateísmo en el sentido de que se extenuaría en demostrar que Dios no existe. Más bien declara: aunque Dios existiera, esto no cambiaría; he aquí nuestro punto de vista. No es que creamos que Dios existe, sino que pensamos que el problema no es el de su existencia; es necesario que el hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada pueda salvarlo de sí mismo, así sea una prueba válida de la existencia de Dios.

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